jueves, 28 de noviembre de 2013

A veces las sonrisas, tienen nombre.


"El dia que os merezca 
seré una persona increíble. 
El dia que os merezca 
seré de lo bueno, lo mejor.
Me admirareis casi tanto 
como yo os admiro, 
me envidiareis casi tanto 
como yo a vosotras…"

Para ese entonces, 
espero haber aprendido a soñar 
sin miedo a la caída, 
despegar por fin del asfalto y 
convencerme a mi misma de que
las que hundimos barcos, 
volamos alto.

Para ese entonces, 
espero haberme fumado
tanta tontería, 
haberme chutado 
dosis de alegría y
brindar porque lo pequeño 
es grande 
dia a dia.
Espero haber aprendido
a vivir sin prisa 
y a no permitir que el maquillaje
camufle mi sonrisa.

Pero hasta entonces, 
gracias. 
Gracias por coserme a la piel
que hay que seguir luchando, 
que los placeres
se viven follando,
que la vida
se disfruta soñando
que lo importante 
es que el fin del mundo
nos pille bailando.

Como dice Risto
 “ Por cada forma de quererse bien,
existen 99 de hacerlo mal”.. 

Aunque con ellas, es difícil....

                                                                                                  



Aveces las sonrisas, llevan sus nombres....


martes, 26 de noviembre de 2013

Será que me estoy aficionando a no creer en nada que no hubiera destruido antes.


Siempre me gustó volar, es el mejor disfraz de la caída.
Siempre me gustó llorar, es el mecanismo de los optimistas para llenar su vaso. 
Siempre me encantó beber, te, nos o al vaso que acababa de llenar hace solo un momento. 
Siempre me encantó ser lo que nunca fuimos. Me encantó lo desconocido.

Me gustaba ser diferente. Comer deprisa. Follar despacio y querernos a fuego lento.
Me gustaba aquella frase de Sabia "nunca digas siempre".
Y aquello de que pensar en nunca, era recordarte siempre...

Será que siempre me prometo nuncas.
Será que me estoy cansando de bailar con amores farsantes.
Será que me estoy aficionando a no creer en nada que no haya destruido antes.
Será que nunca creí en nosotros.

Y sin embargo sé,
que nos volveremos a leer pronto…

   

                                                                                                  Por nosotros.

martes, 11 de junio de 2013

Miedos. Aceptados y aceptables.


Será que la chica del lunar decidió dejar atrás los tacones, por aquello de que en las alturas están las dudas.
Será que la poeta dejo de naufragar por historias ajenas por miedo a comer perdices.
Será que la chica que canta en la ducha comenzó a afinar aquel viejo pentagrama a prueba de malos acordes.

Será que esta cocinera aficionada de historias a fuego lento por fin sacudió las cenizas de incendios pasados.

Será que la amante de recuerdos a papel decidió por fin fotografiar su risa.

Será que la que escribe dejó de regalar buenas noches y empezó a encarrilar sus malos días.

Será que empecé a escribir sonrisas cambiando finales y terminé dibujando palabras con forma de sonrisa.

Será que acabé por obligarme a convertir el miedo en una palabra infiel a mi diccionario.

“Ya sabes, contra la ley de la gravedad: Alas”.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Acércate más.


Me faltaba un corazón, 
me sobraban cinco estrellas, 
de hoteles de ocasión, 
donde poder dejar mis huellas.

Encontré por fin una ilusión 
escondida tras aquella canción. 
Me enamore de sus palabras, 
me conquisto esa guitarra.

Me dijo “desvísteme, 
no tengo tiempo para conversación 
que me queda poca noche 
para secuestrar tu corazón”.

Y quizá sea yo,
quizá el temor, 
quizá el cariño al rock&roll, 
quizá sean tus manos
o tus caderas, 
pero desde aquella noche 
tu aliento se ha instalado en mis venas.

Se que la distancia es nuestra historia, 
y las dudas muchas veces 
nuestra escapatoria. 

Pero esta vez, 
puede que no quiera quedarme en la trinchera. 
Esta vez, 
puede incluso que te quiera.

Asique hoy, 
nueve meses después, 
déjame invitarte a esta ronda. 
Déjame convencerte 
con miradas que no hablan, 
con canciones que no suenan, 
que las segundas partes, 
siempre fueron buenas.

domingo, 14 de abril de 2013

Vamos a robarle tiempo al tiempo.



Me fui sin darte explicaciones
con una maleta llena de desilusiones.
Buscando algo que me acercara a ese punto y final
por el que no dejábamos de naufragar.

Me fui sin haberme ido.
Volví habiéndote perdido.
Y aquí estoy, diciéndote eso que poco me cuesta,
eso que mucho me callo.

Pidiéndole al tiempo perdido
que se aleje de este punto suspensivo.
Tratando de rescatar a un corazón
de un tocado y hundido.

Porque no quiero perderte.
Porque no quiero ser yo el perdido,
porque quiero dejar de mendigar
por la calle del olvido.

Quiero tenerte a mi lado
y poder disfrutar
de un orgasmo prolongado
de sentimientos encerrados.

Quiero que mi orgullo indecente admita,
que esta pequeña de dudas infinitas,
al fin y al cabo,
te necesita.