lunes, 29 de febrero de 2016

Mi vida en veintidos versos.

Me gusta la poesía desde que tengo uso de razón.
Luego la perdí, y empecé a escribirla.

Escribir es como encender la luz para espantar los monstruos,
o mirar cara a cara a la soledad
y decirle que nunca estoy sola
cuando estoy conmigo.
Es el modo de salir ilesa,
la trinchera,
las bragas blancas
como tregua en mitad de la batalla.

Soy la rehén de un verso que siempre está por escribir,
una estrofa olvidada en el bolsillo de un abrigo,
la frase que sueltas justo después de un orgasmo,
siempre esperando en el siguiente renglón
al hombre de tu vida.

No creo que nadie consiga aprender a volar
después de leer mis poemas,
pero estoy segura que al menos,
sabrá que es posible.

Al fin y al cabo,
nadie nos dijo nunca
a qué altura comienza el cielo.

                                                                                                                            Ernesto Pérez Vallejo

jueves, 30 de julio de 2015

Se feliz.


Hoy no te voy a hablar poesía.
Ni de hombres o mujeres que ensucian o alegran tus días.
Hoy solo quiero hablarte de versos que riman con vida.
Con la tuya.
Con la mia.

Hoy solo quiero decirte eso
que nunca supe decirme a mi misma.
Vengo a pedirte que seas feliz.
Que pases página antes de que se te acabe el libro.
Que dejes de echar de más a quien un día te lloro de menos.
Que rimes momentos con quién te tiene por musa
y que jamás te conformes con ser poeta
de quien no se merece tus be(r)sos.

Vengo a decirte que seas feliz.
Que  tus sábanas no aguantan más desahucios.
Que tus lunares se han cansado 
de pasar las noches en la cola del INEM
Que nadie se merece un cenicero tan lleno,
Ni una cama tan vacía.

Vengo a pedirte que seas feliz
Porque donde una puerta se cierra, 
otras piernas se abren.
Porque la gente no cambia, 
y esta vez, a la tercera,
vas a ser tu la vencida.
Porque lo toxico hay que encerrarlo en copas, 
no en personas.
Celebrando bajo cualquier pretexto con amigos
Que no hay bar que por bien no venga.

Vengo a decirte
Que ante una sonrisa se anulan las excusas
que el pero acaba siendo es el peor amigo del hombre
que donde ayer dijiste miedo, 
mañana dirás puedo.
Porque el polvo
o se echa o se barre
pero que no te ensucie la sonrisa.
Porque la vida esta para cometer locuras,
no para volverse loca.

Así que hoy, vengo a pedirte que seas feliz.
Pero no por alguien.
Tampoco por algo.
Quizás con alguien.
Nada de eso
Vengo a pedirte que seas feliz
porque, al fin y al cabo,
es lo que te mereces.

martes, 5 de mayo de 2015

Los Lunes que te debo

"Cuentan que estabas tan guapa,
que absolutamente todos
creyeron de nuevo en el matrimonio.

He repasado nuestras fotos,
mi vida lejos de tu piel
es como si alguien de repente
pusiera de fondo mi voz grabada.
No me reconozco sin ti.

Imagino a tu madre sonriendo a las mesas,
a tu sobrina metiendo los dedos en la tarta,
a tu padre borracho buscando un baile
con la chica con el vestido más corto.
Intuyo que no tiraste el ramo,
que la liga te la dejaste arrancar de madrugada,
que has elegido Venecia para que se hunda el pasado,
mientras un gondolero fornido,
te desnuda sin piedad
en un rincón de sus sueños.

Yo, ya un cualquiera,
te acepto a ti como mi mayor fracaso,
echarte profundamente de menos
en lo próspero y en lo adverso,
en la pobreza y en la miseria,
en el dolor de tu ausencia
y en esta enfermedad de mi nostalgia,
todos los días de mi muerte,
hasta que la vida nos separe.

No te recuerdo de blanco,
ni siquiera en lo más intimo de tu piel,
tampoco memorizo que alguna vez me dijeras
que querías ser princesa,
no iba contigo tanta elegancia,
tanto desfile entre lo pasional y lo pactado.
A ti que tenía que llamarte puta tres veces
para que llegaras al orgasmo.
Tres veces, como invocando al diablo
para que aparecieras tú.

He brindado por ti en la terraza,
entre macetas que asocian la primavera
con tus dedos,
al fin y al cabo no puedo reprocharte nada,
la vida está llena de caminos
y yo para ti solo era una isla en mitad de ellos,
un área de descanso,
una gasolinera antes de la autopista.


Tú tenías hambre y yo sed,
tú una colección de  sueños,
yo un aval interminable de promesas,
tu cosquillas en los besos
y yo lágrimas en la lengua.
Estábamos hecho el uno para los otros
y lo otros siempre eran mejores que yo
y las otras nunca han llegado a parecerse un poco a ti.

A ti y a ese corazón que no te cabía en el pecho
y  esos pechos que no te cabían en las manos
y esas manos donde mi vida bailaba
y esa vida que ya no aceptaba otro baile.

Te imagino aceptando el anillo
ante un cura que hubiera cambiado de profesión
por resbalar por tu escote.
Jurando fidelidad como si nunca
me hubieras conocido.
Firmando sin temblar en un libro
que jamás hubiera aceptado mi nombre.

Recibe ese anillo en señal de tu desamor
y mi infidelidad,
en el nombre del padre (que no fui),
del hijo (que no tendremos),
y del espíritu santo.

Supongo que es hora de besar la derrota.

Poeta,
ya puedes olvidar a la novia. "


                                                                                      
                                                                                    Los Lunes que te debo.
   

martes, 27 de enero de 2015

Houston, tenemos un poema.


No quiero palabras.
He pasado demasiado tiempo
rimando lo que nadie
me supo decir.
No necesito que ordenes letras
que hagan que el invierno
se vuelva primavera
en mis mejillas.

No busco compromiso.
He visto demasiados cabrones
disfrazados de azul.
Y a Romeos farsantes
jurando amor eterno
entre cinturones anchos
y piernas sin candado.

No hace falta
que marques el calendario
y señales una fecha
para recordar que ahí
empezó algo.
Porque ¿sabes qué?
No quiero
ser lo que los cuentos
quieren que seamos.

Porque no quiero 
un " Érase una vez",
quiero un viernes cualquiera
borracho de excesos.
Un sábado de resaca
en cualquiera de mis lunares.
Y un domingo dormido
como no,
en mi ombligo.

Porque no quiero que digan
Que somos almas gemelas.
Quiero que sepan que somos
como el día y la noche.
Pero vaya noche, la de aquel día.

Porque no quiero cuentos de (n)adas.
No quiero amores farsantes.
Prefiero vivir el momento
Y no seguir mas normas
que las dicte mi almohada.

Porque no quiero que seamos
novios, colegas o pareja,
no voy a buscar nombres o etiquetas.
Cuando al final somos, 
lo que el tiempo deja.

Así que no,
No quiero comer perdices.
Quiero comerte a versos
mientras escondes besos
en los límites de mis caderas
y acabas pidiendo ayuda
por haberte rendido a la locura.

Por haber dejado
a la prosa en paro.
Por haberle creado
a la poesía un problema.
Por confesarle a Houston,
Que tenemos un poema.




viernes, 2 de enero de 2015

Página 365


Supongo que es en los finales
cuando toca hacer balance.
Cuando esta permitido mirar atrás
sin miedo a que el huracán del pasado
te lleve por delante.

Supongo que es el día 364
el que te concede una tregua.
El que te permite volver atrás tu pagina
sin derramar más sal.
El que te deja ver,
desde esa posición del cobarde
que se esconde tras los toriles,
el terremoto que ha sido tu vida.
La fiera en que se convirtió tu mundo.
El tsunami que arraso con cada valiente
que se arriesgo a jugarse algo más que una noche
entre tu sístole y diástole.

Supongo que es hoy cuando los que regalamos versos
Decidimos manchar por ultima vez el papel
Y rimar nuestros mejores recuerdos,
con todos los que nos han acompañado
en esas 365 páginas.

Supongo que la magia del 31
hoy esta en vosotros.
Asique tirar del lazo,
y empezar a desenvolver palabras.
Que hoy la poesía,
va por vosotros.

Dejadme que empiece por el motor de mi vida.
La razón de todo.
Que de siga, de que ría ,
de que viva, de que escriba.
Son mi familia.
Los que me recogen cuando
algo hace tambalear mis cimientos y lagrimales.
Mis padres, los únicos que han sabido leerme
aun cuando  era incapaz de escribirles
todo lo que les quiero.
Mi hermana,
Por ser pequeña gran persona
que no es consciente
de que ami se me pasa todo
si a ella no le pasa nada.
Mi tía,  por ser mi espejo favorito
A todos ellos, por ser mi puerto en unos años
con exceso olas y naufragios.

Seguiré por ellas.
Las que llevan en mi ombligo ya 4 inviernos.
Esas que cualquier terrorista de sonrisas
intentara llevarse por delante.
Esas que cualquier ladrón de momentos
tratara de secuestrar.
Esas que cualquier juez
declararía culpables.
Culpables de ser chicas huracán.

De las que se dejan seducir por el postureo
de la noche Madrileña,
pero que en realidad
quemarían sus últimos cartuchos
en cualquier cuidad de mala muerte.

Las que por el día se codean con el mejor Rioja
en terracitas de chicas buenas,
y por la noche, te esperan en la barra
de cualquier garito cutre de Malasaña.

Os hablo de ocho musas,
de esas que aun siguen pintándose los labios de rojo
de esas que no buscan poetas que las versen
porque todas ellas,
son pura poesía.

Os hablo de ocho futuras abogadas
que dudo que consigan cambiar el rumbo del país.
Pero que si tenéis suerte,
y os topáis con alguna de ellas
darán la vuelta a vuestro mundo.

Os hablo de ellas,
de ocho amigas,
de ocho motivos
y todos, de alegría.

Puestos a hablar de amistad,
supongo que no seria justo
si no le dedico un par de tragos,
a las que siempre han estado ahí.

A mi gallega, 
a mi sonrisa hecha instante.
La que sedujo a Sabina, 
y rimo a Carlos Salem.
La que me demostró 
que la mejor manera de ganar a la distancia,
y de perder el tiempo, 
es hacerlo, con la gente adecuada.

También a la otra mitad
de ese grupo de tres.
La que se demostró,
que las personas no cambiamos,
sencillamente, vivimos.
Y que solo viviendo y con algo de suerte,
conseguimos encontrar personas,
en un mundo lleno de gente.

Supongo que esta noche
quiero concederle también un lugar al tiempo.
No al pasado,
que ese ya fue.
Sino al presente,
a los que están.

A ella, 
esa que se viste cada día de sinceridad.
La que aprovecha cualquier excusa
para celebrar la vida.
La que sabe cerrar la puerta y marcharse,
pero sobretodo, volver a entrar
cuando tu hace rato que necesitabas
que alguien tirara abajo la puerta.

La derrochadora de momentos.
La sinvergüenza 
que empezó por llevarse mi ropa,
y acabo tirando también de mis miedos.
La rebelde por la que quiero
seguir brindando muchos años más,
Ya sea una noche de verano,
con un cubata de negrita y un cigarro en la mano.
O esta noche,
con algo más glamour.

También esta él,
de esas personas que durante un tiempo
están desaparecidas.
De esos que se vuelven Romeos
y dejen de saber ser sin Julieta.
De esos que aprenden a abrir los ojos,
Levantarse, romper con todo y decir
“Ei tú,
sigue palante,
ya sabes,
siempre alegre y elegante”.

Será que es un Sánchez,
Un valiente,
un ejemplo,
un fan de mi ombligo
pero sobre todo,
un gran amigo.

Y luego esta el Insoportable.
De esas personas que aparecen
en un momento inesperado
para alborotarte el pelo
y escribir censuras en locuras
que llevan nombres y apellidos.

El Chico, que se aficionó
a coleccionar momentos por Gran Vía.
A escribir sonrisas 
en la calle mas triste del barrio.
El que me enseñó
que la mejor forma de dejar ver vasos vacíos,
era bebiendo juntos directamente de la botella.

El que ha conseguido
que en mi mundo no haya sillas vacías
y que a la música la llame risa.
El que sabe que en la vida solo se tira la toalla
para acabar acompañado en la ducha.
El muso del abrigo naranja
y el atos fingido
Ese loco,
que sin duda,
debería estar prohibido.

Asique hoy, brindo por la vida
y por la buena compañía.
Brindo por ese rincón de la sierra.
Por las fiestas en las plazas y
por ese grupo de morenazas.

Brindo por aquella panda de amigos,
de estos que más bien parecen hermanos.
Por ellos y por sus “pero chico”
Que se acaban convirtiendo en adicción
Y que hoy, son motivo de celebración.

Esta noche brindo por todos ellos.
Brindo por las personas.
Por las que consiguen que las letras
se vuelvan poema.
Aquellas que siguen apostando
por llenar más camas y menos ceniceros.

Brindo por todos vosotros.
Porque no importe lo que somos
Porque solo importe lo que queremos ser

                                      Felices.




                                                                            Feliz 2015.