jueves, 30 de julio de 2015

Se feliz.


Hoy no te voy a hablar poesía.
Ni de hombres o mujeres que ensucian o alegran tus días.
Hoy solo quiero hablarte de versos que riman con vida.
Con la tuya.
Con la mia.

Hoy solo quiero decirte eso
que nunca supe decirme a mi misma.
Vengo a pedirte que seas feliz.
Que pases página antes de que se te acabe el libro.
Que dejes de echar de más a quien un día te lloro de menos.
Que rimes momentos con quién te tiene por musa
y que jamás te conformes con ser poeta
de quien no se merece tus be(r)sos.

Vengo a decirte que seas feliz.
Que  tus sábanas no aguantan más desahucios.
Que tus lunares se han cansado 
de pasar las noches en la cola del INEM
Que nadie se merece un cenicero tan lleno,
Ni una cama tan vacía.

Vengo a pedirte que seas feliz
Porque donde una puerta se cierra, 
otras piernas se abren.
Porque la gente no cambia, 
y esta vez, a la tercera,
vas a ser tu la vencida.
Porque lo toxico hay que encerrarlo en copas, 
no en personas.
Celebrando bajo cualquier pretexto con amigos
Que no hay bar que por bien no venga.

Vengo a decirte
Que ante una sonrisa se anulan las excusas
que el pero acaba siendo es el peor amigo del hombre
que donde ayer dijiste miedo, 
mañana dirás puedo.
Porque el polvo
o se echa o se barre
pero que no te ensucie la sonrisa.
Porque la vida esta para cometer locuras,
no para volverse loca.

Así que hoy, vengo a pedirte que seas feliz.
Pero no por alguien.
Tampoco por algo.
Quizás con alguien.
Nada de eso
Vengo a pedirte que seas feliz
porque, al fin y al cabo,
es lo que te mereces.