Me fui sin darte explicaciones
con una maleta llena de desilusiones.
Buscando algo que me acercara a ese punto y final
por el que no dejábamos de naufragar.
Me fui sin haberme ido.
Volví habiéndote perdido.
Y aquí estoy, diciéndote eso que poco me cuesta,
eso que mucho me callo.
Pidiéndole al tiempo perdido
que se aleje de este punto suspensivo.
Tratando de rescatar a un corazón
de un tocado y hundido.
Porque no quiero perderte.
Porque no quiero ser yo el perdido,
porque quiero dejar de mendigar
por la calle del olvido.
Quiero tenerte a mi lado
y poder disfrutar
de un orgasmo prolongado
de sentimientos encerrados.
Quiero que mi orgullo indecente admita,
que esta pequeña de dudas infinitas,
al fin y al cabo,
te necesita.