Que todo acaba
reduciéndose a un cigarro.
Al humo que se escapa de tu boca
y se enreda en mis dedos.
Al chupito que te endulza las noches
y te jode las mañanas.
A las canciones de la radio
que hablan siempre del pasado.
Al humo que se escapa de tu boca
y se enreda en mis dedos.
Al chupito que te endulza las noches
y te jode las mañanas.
A las canciones de la radio
que hablan siempre del pasado.
Que todo acaba
reduciéndose a un paseo.
A ver los días pasar.
Colgándote de cada minuto,
administrándote los gramos de felicidad,
traficando con la ilusión,
drogando a la razón.
A ver los días pasar.
Colgándote de cada minuto,
administrándote los gramos de felicidad,
traficando con la ilusión,
drogando a la razón.
Que todo acaba
reduciéndose a una proposición indecente,
donde me sobran los buenas días
y escasean las buenas noches.
Porque ha llegado un punto
que lo que tú me pidas
me lo pide el cuerpo.
donde me sobran los buenas días
y escasean las buenas noches.
Porque ha llegado un punto
que lo que tú me pidas
me lo pide el cuerpo.
Que todo acaba
reduciéndose siempre a un cigarro.
Al humo que nos separa.
A la sal y el limón que decoran nuestra cama
y los ibuprofenos de cada madrugada.
Al humo que nos separa.
A la sal y el limón que decoran nuestra cama
y los ibuprofenos de cada madrugada.
Que al final no
somos más que canciones.
No soy más que tu fruta prohibida.
No eres más que mi sustancia preferida.
No soy más que tu fruta prohibida.
No eres más que mi sustancia preferida.