martes, 28 de octubre de 2014

Veintiún.


Quiero que te asomes
por los limites de mis caderas
y escribas canciones
en los pentagramas de mis piernas.
Que te conviertas en prosa
que busca su rima
entre mis lunares.
Que te descuelgues de mi ombligo
y te conviertas en trapecista
de cada una mis curvas.

Quiero que seamos turistas sin rumbo
y que sea la locura
la que decida nuestro próximo destino
dentro de estas cuatro paredes.
Que me desnudes de ropa y de miedos,
me desabroches la cobardía,
me bajes los humos hasta los tobillos
y que me quites todo, menos las ganas.

Quiero te vuelvas artista
y te aficiones a los deja-vu
de mis sonrisas.
Que te conviertas en la métrica
de mis poemas,
en la contradicción de mis teoremas,
en la tormenta de todos mis problemas.

Quiero que reescribas el guión
y te disfraces del valiente
que se rinde a los vicios,
columpiándose por mis precipicios.
Quiero que seas ese idiota
que convierte mis penas en carnavales,
cambiando nombres y finales.

Quiero que le tiendas una emboscada
a las noches con manta y sin compañía,
que te conviertas
en el mejor amigo de la osadia.
Quiero que seas mi revolución
en un corazón que busca cordura
y le bajes las bragas a tanta censura.

Que yo solo quiero 
que vengas a buscarme,
y me comas a versos.
Así que no tardes,
Que te espero a las doce en la estación
de las historias inesperadas.
Sin reproches ni intenciones,
solo con estas ventiun proposiciones,
un beso de ida
y una botella de vida,
para celebrar que esta noche,
cumple años la poesía.