miércoles, 19 de noviembre de 2014

Me quedo en mi ombligo

Acabaste aprendiendo
lo que nunca quisiste saber,
que los besos robados no hacen
sino avivar la sed.

Descubriste que el alcohol
recuerda más que olvida.
Y ante camas vacías,
confesaste que me querías.

Te inventaste una nueva musa
para que te acompañara al olvido,
con la única misión
de quitarle el vestido.

Y así amaneciste al día siguiente,
con saliva en la piel,
mi recuerdo a tu lado,
y un orgasmo alquilado.

Tú,
ese que se negaba a querer,
el que no pedía ser amado
el mismo que abandonó el corazón
en aquel reservado.


Y mientras yo…..
Acabe aprendiendo
lo que todas debemos saber,
que los hijos de puta no hacen
sino joderte bien.

Descubrí en un adiós
que no era yo la que perdía.
Y ante tanta poesía, 
confesé que me quería.

Me invente una nueva sonrisa
para que me acompañara al olvido,
con la única misión,
de desahuciarte de mi ombligo.

Y así amanecí al día siguiente,
sin telarañas en la piel,
sin recuerdos prohibidos
ni orgasmos fingidos.

Yo,
esa que se negaba a volver a sentir,
la que un día quitó
el cartel de “Bienvenido”,
la misma que se conformó
con un “tocado y hundido”.


Yo, la que hoy se atreve a ser feliz,
como nunca fue contigo
Yo, me quedo en mi ombligo.

martes, 28 de octubre de 2014

Veintiún.


Quiero que te asomes
por los limites de mis caderas
y escribas canciones
en los pentagramas de mis piernas.
Que te conviertas en prosa
que busca su rima
entre mis lunares.
Que te descuelgues de mi ombligo
y te conviertas en trapecista
de cada una mis curvas.

Quiero que seamos turistas sin rumbo
y que sea la locura
la que decida nuestro próximo destino
dentro de estas cuatro paredes.
Que me desnudes de ropa y de miedos,
me desabroches la cobardía,
me bajes los humos hasta los tobillos
y que me quites todo, menos las ganas.

Quiero te vuelvas artista
y te aficiones a los deja-vu
de mis sonrisas.
Que te conviertas en la métrica
de mis poemas,
en la contradicción de mis teoremas,
en la tormenta de todos mis problemas.

Quiero que reescribas el guión
y te disfraces del valiente
que se rinde a los vicios,
columpiándose por mis precipicios.
Quiero que seas ese idiota
que convierte mis penas en carnavales,
cambiando nombres y finales.

Quiero que le tiendas una emboscada
a las noches con manta y sin compañía,
que te conviertas
en el mejor amigo de la osadia.
Quiero que seas mi revolución
en un corazón que busca cordura
y le bajes las bragas a tanta censura.

Que yo solo quiero 
que vengas a buscarme,
y me comas a versos.
Así que no tardes,
Que te espero a las doce en la estación
de las historias inesperadas.
Sin reproches ni intenciones,
solo con estas ventiun proposiciones,
un beso de ida
y una botella de vida,
para celebrar que esta noche,
cumple años la poesía.



jueves, 18 de septiembre de 2014

El tiempo. Todo. Locura


Adelante,
por fin has llegado.
Entra,
no te quedes ahí parado,
que tienes licencia para irrumpir
en mi desorden.
Para columpiarte por los recuerdos
que estas paredes esconden.
Para fantasear
con lo poco que queda de ella
y entre tanto polvo
intentar dejar huella.

Venga ven, ponte cómodo,
deja el paraguas y todo
lo que te abrigue el alma
junto al mueble de las despedidas.
Ahí, entre las promesas vacías
y las bebidas prohibidas.

Sírvete una copa y ven,
Que voy a enseñarte todo esto…

Aquí duerme él,
el olvido.
Durante el día es algo tímido
pero cada noche se desmelena.
Se mete en camas ajenas
y se aferra a cada esquina de la piel.
Se camufla en cualquier excusa infiel
y se convierte en esa canción aguafiestas
que sigue a tu lado cuando despiertas.

Allí, en la habitación de enfrente,
vive el recuerdo.
Es la piedra del olvido.
El que le deja las bragas por los tobillos
para que se las suba la prosa.
El que se va tarde,
dejando la ventana abierta,
y se lleva la manta,
ese.

En la habitación del fondo
comparto habitación con él.
El que convierte tu vida
en un eterno plan B.
El que destiñe a aquella chica
que cruzaba sin mirar,
que reía sin llorar,
que follaba sin censura,
y que se aferraba a la locura,
en versos sin rima,
en estrofas sin final,
en poesía terminal…
Él, el puto miedo.

Y al final del pasillo
está tu nueva habitación.
Te he reservado el mejor rincón,
con vistas a un descosido corazón,
para que desempeñes tu papel
y cumplas eso, que los refranes
Nos hacen creer.



Ya sabes lo que dicen….



                                                                                                                          Bienvenido a casa.

domingo, 17 de agosto de 2014

"Voy, que a los acordes de tu cama, les falta voz"


Coge papel y lápiz,
que esta noche me he propuesto
rimar tus ganas
con cada curva de mi cuerpo.
Versarte los labios
Y escribir mordiscos
por las comisuras de tus silencios.

Cierra los ojos
y empieza a descoser cicatrices.
Deja que yo te quite la ropa
Mientras tú me desnudas por dentro.
Apaga la luz,
deja de pensar en el pasado
y por una noche,
empieza a pasarme.

Olvida por un momento las estaciones
y sus trenes, porque esta noche
solo existen pasajeros
observando como follamos
en la parada de los puntos finales.

Así que coge papel y lápiz,
que hoy, 
quiero quedarme sin palabras,
y tengas que prestármelas
boca a boca.

Esta noche,
el tiempo y el olvido
se ríen de cupido.
Esta noche,
no existen musas ni poetas
solo dos cuerpos rimándose
sin sentido
ni argumento.

Coge papel y lápiz
Antes de que vuelva a confundir
Los años
con los daños,
Y el amor
con el vicio
                                         
                         a los precipicios….

lunes, 7 de julio de 2014

No me cansaré de (des) conocerte


No sé cuántos kilómetros llevas a tus espaldas.
Ni cuántas miradas acortaron la distancia
entre tu estómago y tu corazón.
No sé cuántas sonrisas revolucionaron tu mundo.
Ni cuántos capullos afortunados
trataron de participar en él.

No se cuántos poetas
buscaran inspiración en tus defectos,
Aunque dudo que sean capaces
de transformar en palabras
la sutileza de tus perfectas imperfecciones.

No sé de cuántos versos habrás sido musa,
Pero dudo que tantas virtudes
puedan encerrarse en estrofas.
No sé cuántas canciones llevarán tu nombre.
Ni cuántos pentagramas cobardes
habrán tratado de pronunciarlo.

No sé cual es tu rincón favorito de esta ciudad.
Ni tu afición de los domingos,
No sé nada de tus silencios,
Y sin embargo,
no me canso de desconocerte.

Lo bueno de no saber tantas cosas,
Es que siempre hay alguien
dispuesto a enseñártelas.

Alguien capaz entregártelo todo
a cambio de un nada.
Alguien dispuesto a convertir una canción de Leiva,
en tu rincón favorito.
Alguien a quien no le importan los domingos,
porque ya celebró contigo sus viernes y
sufrió la resaca de tus sábados.
Alguien que no entiende de silencios
porque siempre es capaz de encontrar
la palabra adecuada que preceda a la risa.

Lo bueno de tanto desconocimiento,
Es que después, solo cabe la certeza.
Y la mía, es que eres ese alguien
que un día me enseñó
que la vida, es solo y todo instante.
Y desde ese instante,
te aferraste ilegalmente a mi vida.

Sé que fuiste un momento inesperado
por el que, creedme,
que merece esperar toda una vida.

Y  la verdad que no,
No sé cuántas pestañas robaste por cumplir deseos.
Ni cuántos pediste soplando un día como hoy.

Lo que sí sé,
es que cada siete de julio
Cumple años una de las mejores personas
que (des)conozco.


Una de esas canciones,
que nunca aprenderás a bailar .
Una de esas estrofas,
que escapan de la inspiración
de cualquier poeta frustrado.
Uno de esos versos,
que ni Sabina conseguirá rimar.
Una de esas amigas, que por cojones,
no puedes dejar marchar.

Que se pare el mundo,
que ahora es su momento…
Ahora, toca soplar…

Ojalá que cumplas muchos, muchísimos más…

   
Sueños, quería decir.