lunes, 7 de julio de 2014

No me cansaré de (des) conocerte


No sé cuántos kilómetros llevas a tus espaldas.
Ni cuántas miradas acortaron la distancia
entre tu estómago y tu corazón.
No sé cuántas sonrisas revolucionaron tu mundo.
Ni cuántos capullos afortunados
trataron de participar en él.

No se cuántos poetas
buscaran inspiración en tus defectos,
Aunque dudo que sean capaces
de transformar en palabras
la sutileza de tus perfectas imperfecciones.

No sé de cuántos versos habrás sido musa,
Pero dudo que tantas virtudes
puedan encerrarse en estrofas.
No sé cuántas canciones llevarán tu nombre.
Ni cuántos pentagramas cobardes
habrán tratado de pronunciarlo.

No sé cual es tu rincón favorito de esta ciudad.
Ni tu afición de los domingos,
No sé nada de tus silencios,
Y sin embargo,
no me canso de desconocerte.

Lo bueno de no saber tantas cosas,
Es que siempre hay alguien
dispuesto a enseñártelas.

Alguien capaz entregártelo todo
a cambio de un nada.
Alguien dispuesto a convertir una canción de Leiva,
en tu rincón favorito.
Alguien a quien no le importan los domingos,
porque ya celebró contigo sus viernes y
sufrió la resaca de tus sábados.
Alguien que no entiende de silencios
porque siempre es capaz de encontrar
la palabra adecuada que preceda a la risa.

Lo bueno de tanto desconocimiento,
Es que después, solo cabe la certeza.
Y la mía, es que eres ese alguien
que un día me enseñó
que la vida, es solo y todo instante.
Y desde ese instante,
te aferraste ilegalmente a mi vida.

Sé que fuiste un momento inesperado
por el que, creedme,
que merece esperar toda una vida.

Y  la verdad que no,
No sé cuántas pestañas robaste por cumplir deseos.
Ni cuántos pediste soplando un día como hoy.

Lo que sí sé,
es que cada siete de julio
Cumple años una de las mejores personas
que (des)conozco.


Una de esas canciones,
que nunca aprenderás a bailar .
Una de esas estrofas,
que escapan de la inspiración
de cualquier poeta frustrado.
Uno de esos versos,
que ni Sabina conseguirá rimar.
Una de esas amigas, que por cojones,
no puedes dejar marchar.

Que se pare el mundo,
que ahora es su momento…
Ahora, toca soplar…

Ojalá que cumplas muchos, muchísimos más…

   
Sueños, quería decir.