miércoles, 28 de diciembre de 2011

Ordago

Mi turno, pero antes de que acabe el juego, tengo algo que decirte:
Me he acostumbrado a tus manías. A tu pelo rizado, a tu obsesión por la Coca-Cola. Me he acomodado a tus gustos, a los domingos en el cine y los viernes en la cama. Me he habituado a tus despertares, a tus caricias. Me he hecho intima de tus gestos, de tus lunares. Soy cómplice de tu sonrisa y tus pecados. Tengo un master en tu piel y una deuda con tu boca. Soy aficionada a las peleas y adicta a las reconciliaciones. Soy fiel a tus manos y dueña de tus noches. Soy diferente, debí perder la coraza entre mi orgullo y cobardía.

¿Y tú?¿Te atreves a jugártelo todo? Yo por mi parte, Ordago.




lunes, 26 de diciembre de 2011

Feliz Navidad

Son fechas. Fechas especiales, fechas en las que todo vale. En las que te puedes permitir caer en todas la tentaciones de las que llevabas un año privándote. Son fechas para demostrar, fechas para apreciar. Son fechas para compartir, para regalar. Son días de fiesta, días de abrazos, días de anécdotas familiares, días de ilusiones y despilfarro. Son simplemente, días felices.

Hoy, brindo por todas aquellas cosas que nos hicieron sufrir en el pasado, por todos los que no creyeron en mi, por aquellos que tiraron la toalla, por aquellos que perdieron la fe. Quiero brinda por aquello que jamás brindaría. Quiero poder reírme de mis errores y saber que como cada año en estas fechas, volveré a hacer mi lista de propositivos para el nuevo año, y que una vez mas, no cumpliré la mitad.
Hoy, brindo por los defectos. Brindo porque nacimos para ser felices, no perfectos.

Feliz navidad.



domingo, 18 de diciembre de 2011

Amor se llama el juego, en el que un par de ciegos, juegan a hacerse daño.

Doce de la mañana. Amanezco entre sabanas ajenas. Entre recuerdos desconocidos, entre malas compañías, entre promesas incumplidas, entre vicios.
Juré no volver a caer, y aquí me tienes, reincidente hasta la saciedad. Adicta al pecado, al dolor, a ti.
Pero esta vez es diferente, esta vez tu cuerpo huele a sinceridad.
Esta vez sobran los formalismos. Esta vez basta con saber que tan solo fue una noche.
Hoy, al despertar, lo he comprendido. He entendido que no somos mas que dos alcohólicos anónimos que necesitan embriagarse de pasión, de descontrol.
Somos dos drogadictos, que, incapaces de reconocer sus perdiciones, necesitan su chute diario.

No somos mas que orgullo luchando contra una debilidad llamada sentimiento.


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Las mejores promesas, son las que no tienes que cumplir

Viernes por las noche.
Madrid esta precioso iluminado.
Hoy es uno de esos días
en los que el frio no me afecta, de hecho,
hasta me gusta.

Me hace sentir,
sentir que siento.
Que las sensaciones
y los sentimientos
siguen ahí, conmigo.

Los charcos inundan las aceras,
las luces ocultan la noche,
y yo enmascaro lo que siento.
Silencio mi rabia
y mi orgullo,
camuflo esa ira que últimamente
es lo único que me da fuerza cada mañana.

No pienses que iba a concederte
el privilegio de una lagrima,
ni siquiera de un gesto
o una mirada que insinuara
 lo que llevo por dentro.

Preferí vestirme con mi mejor disfraz,
maquillarme la mejor de las sonrisas
y perfumarme con indiferencia.
Y beber,
beber sin olvidar,
pero seguir bebiendo.
Beber hasta forzarme a entender
que no hay placer comparable,
no hay orgasmo mas salvaje
que el saber que esta noche
mis besos,
saben a libertad.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Disculpad mi osadia

Últimamente siento que cada vez entiendo menos a este mundo. No se si serán esas películas de antena 3 que han acabado distorsionando mi realidad, o el hecho de que mi mundo es tan cambiante que no me deja adaptarme a él.
Últimamente siento que el tiempo se descojona de mi cada mañana haciéndome sentir un peón más de este juego.
Últimamente siento que aquello que me maravillaba, como amanecer contigo tras una noche de desenfreno, forma ya parte de mis proyectos a olvidar.
Últimamente necesito oír voces de apoyo, y en lugar de eso me limito a hablar con contestadores Moviestar.
Últimamente necesito desahogarme y en lugar de eso me dedico a leer el periódico pensando que siempre habrá alguien que necesite mas ayuda que yo.
Últimamente siento esa extraña necesidad de recaer en mi vicios, y no, no hablo del tabaco, de ese no logre desengancharme. Eran demasiadas perdidas, o la nicotina o tú.

A decir verdad, me quede con la opción mas saludable, soy fiel a Camel.



jueves, 8 de diciembre de 2011

Ser valiente no es solo cuestión de suerte.

A veces asustan los cambios con los que te va sorprendiendo la vida. A veces te sientas un domingo por la noche en el sofá y extrañas lo que solía ser tu rutina. A veces cuando suena el despertador desearías que fuera un madrugón de lunes para ver a la gente que antes formaba parte de tu día a día. A veces te dan ganas de apretar al pause y decirle a la vida que aminore, que suelte el acelerador. A veces, porque no, reconozco que me asusta el tiempo, y lo que este conlleva.

No, no me da miedo conocer gente diferente, añadir números a mis contactos, experiencias en mi diario o compartir momentos con caras nuevas. No me asustan las bienvenidas, lo que temo es un adiós.
Me da miedo ignorar lo que tenia. Me da miedo acomodarme a lo nuevo y dejar a un lado lo antiguo, como quien olvida a su barby o su lego favorito. Me da miedo fallar a aquellas personas que significaron y significan tanto. Me aterroriza que, por culpa de mi dejadez, quizá pasotismo y en muchas ocasiones simple torpeza se vayan. Me da miedo que lo que he ganado este año eclipse lo que llevo ganando toda una vida.



Pero, tener miedo no nos hace ser cobardes, sino humanos. Tener miedo te demuestra, incluso a ti, tachada tantas veces de fría y distante, que querer a los que te quieren no es de débiles o ilusionistas, sino de valientes.  Asique reúne esa valentía para recordarles cada día que, contra todo pronostico, te resistes a olvidar lo que fue, es y será, una gran amistad.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Sucedió en Madrid

Esta mañana me ha despertado Diciembre. Se ha metido conmigo en la cama, estaba frio y mojado. Se ha acurrucado en mi pecho y se ha quedado dormido. Diciembre se ha instalado en mis recuerdos removiéndolos sin permiso, sacando a la luz aquel invierno. Aquel tiempo en el que la nieve, el viento e incluso la lluvia solían agradarme. Aquel invierno en el que al llegar a casa sabia que te iba a encontrar, preferiblemente en mi cama. Aquella época en la que me encantaba pasear por las calles de Madrid, que el frio se colara por los poros de mi piel con tal de encontrar una excusa para acercarme a tu cuerpo. Como han cambiado las cosas desde entonces. Ahora ni tu estas entre mis sabanas, ni yo estoy en tus brazos. Ahora mi chimenea esta en paro, la manta del sofá en huelga y la estufita de mi cuarto jubilada. Ahora el frio es mi aliado, mi confidente y mi compañero. Ahora Diciembre es un inmigrante que se aferra ilegalmente a mi vida.




Ahora tú no estas, pero siempre me quedara Diciembre.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Arriesgate

No quiero ser un prólogo inspirador. No me conformo con ser la parte central de tu índice. No me basta con ocupar el capitulo más largo de este, tu libro.
No, no voy a ser un montón de paginas en blanco. No, no voy a ser meros fascículos. No, no voy a ser esa página doblada en la esquina superior. No te confundas, voy a ser tu principio y conclusión. Pienso ser tu moraleja, tu best-seller. Voy a ser tantas cosas para ti que dudo mucho que seas capaz de recogerlas en palabras. Voy a convertirme en la protagonista merecedora de un óscar. Voy a ser cada acento, cada coma, cada punto. Eso si, no prometo un “Y fueron felices y comieron perdices”. Pero puedo asegurarte ser la historia que llene tu estantería, tu habitación y tu vida.


jueves, 24 de noviembre de 2011

Riete hasta que duela

Me encanta esa sensación, ese dolor en las costillas y en la mandíbula que apenas te deja respirar. Esa sensación de euforia que te hace olvidarte por unos escasos segundos de las mierdas del mundo. Es impresionante el poder de una carcajada, el efecto analgésico de la risa, sin efectos secundarios ni precauciones, pero que, inexplicablemente alivia lo gris y endulza lo rosa.
Debería legalizarse como medicina nacional, personalmente me haría cliente vip de todas las farmacias y hospitales.

Me encanta, me enloquece conocer la clave, los botones que activan mi felicidad, la mía y la de todos nosotros. Probarlo, es fácil, tan solo comer, reír y follar. Solo así aprenderéis a disfrutar.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Todos.

Tranquila, todos nos hemos sentido así. Todos hemos sentido ese vacío, esa angustia, esa inercia de sentarte en la vida sin sentir vivirla, esa necesidad de ver las horas pasar. Todos hemos echado de menos alguna vez ese beso de buenos días, ese hoy estas preciosa, ese hay zumo en la nevera, me voy que llego tarde al trabajo. Esa rutina que se convierte en parte de ti. Porque al fin y al cabo todos necesitamos lo mismo, todos tenemos las mimas debilidades. ¿Quien no ha perdido la razón por amor? ¿Quien no ha acabado con sus principios por otra persona? ¿A quien no le han roto los esquemas? ¿Quien no ha vencido al miedo por arriesgarse? ¿Quien no se ha dado de morros contra la pared al intentarlo? ¿Quien no se ha bajado el orgullo hasta los tobillos por el otro? ¿Quien no ha roto su caparazón para por fin mostrar sus sentimientos? En definitiva, ¿Quién no ha querido?.

Tranquila, todos nos hemos sentido así, todos hemos ignorado alguna vez los pequeños placeres de la vida.

Dile a la vida lo que quieres y deja que suceda.

Es sorprendente la dificultad que tenemos algunas personas para pedir ayuda. Asombroso como a pesar de que nos veamos al borde, de cabeza al precipicio seguimos pensando que podemos, que podemos con todo. Impresiona la frustración que se siente por dentro al comprobar que no es así, que ni la situación es tan pasajera como pensabas ni tu eres tan fuerte como te habían hecho sentirte. Y si, lo reconozco, necesitaba un hombro, un hombro donde poder apoyarme. Necesitaba un oído, un odio con el que poder desahogarme. Necesitaba unas manos, unas manos para arroparme. Necesitaba unos labios, unos labios a los que poder susurrarles “Sola, no puedo”. 


jueves, 27 de octubre de 2011

Soñar es gratis

Es la típica tarde en la que me encantaría tirarme en un sofá, con una taza de chocolate bien caliente. Arroparme con una manta, con una ilusión. La de que sonara el timbre y fueras tu, acompañado de una de esas pasteladas de películas que tanto odiabas.
Disfrutaríamos de una típica velada en pareja, en ex pareja mejor dicho, donde las risas, las miradas, las tentaciones, donde la magia, estarían a flor de piel.
Recordaríamos típicos momentos que solo tú y yo podemos entender, nos preguntaríamos ¿ Y si…?. Nos miraríamos y sabríamos perfectamente lo que nos ronda la cabeza, ese pensamiento que lleva mas de dos meses atormentándome por dentro.
Me harías una mueca, típico gesto que no dice nada y a la vez lo dice todo, ese todo al que aun no me resigno, un todo que suena a “Era la mejor”.
Mirarías el reloj, me sentiría incomoda, te incorporarías y dirías, “Se hace tarde”. ¿Tarde? No, nunca es suficientemente tarde.
Te acompañaría a la puerta, me abrazarías. Entonces yo pararía el tiempo, y me quedaría ahí, disfrutando de cada detalle, de tu jersey de lana, de tu colonia de diesel, de tu lunar en la oreja, de ti.
Abrirías la puerta y dirías, “Adiós”, esa palabra que debería desaparecer del vocabulario y que sabes que tanto me duele. Esa palabra, la única quizá, que me hace reaccionar. Es entonces cuando la valentía se apoderaría de mi y te diría “No, adiós no, prefiero un hasta pronto”.
Y es que si, hoy es una de esas tardes en las que simplemente me apetece soñar.


Siempre me gustaron las segundas partes

Suena el despertador, abro los ojos y conmigo despierta el dolor de cabeza. Puta resaca. Me levanto y encuentro restos de lo que debió de ser una gran noche. Cervezas, colillas, besos, caricias, fotos por los suelos, recuerdos por las esquinas. Abro la nevera, necesito comer algo. No recuerdo bien lo que sucedió anoche pero debiste acabar con todas mis energías. Mierda, esta vacía. Vacía, por primera vez mi nevera y yo tenemos algo en común.

Vuelvo a la habitación, quiero perderme entre las sabanas, sumergirme bajo el edredón y dejar el tiempo pasar.
Suena el móvil, un mensaje. “Dejemos que sea nuestro secreto”.  De pronto, se enciende en mi ese algo, esa sonrisa tonta, esa necesidad de recordar cada detalle, cada centímetro de anoche. Ese noseque en el estomago que me lleva a revivir lo sucedido.
Llamada espontanea, cena improvisada del chino, risas, miradas, mas risas. Película oportuna, caricias en las manos, besos en el cuello, susurros al oído, pasión, desenfreno. Crucero por mis sabanas, tour por tus lunares, excursiones por mi piel, viaje a la locura.
Cojo el móvil. Opciones, responder. “Prometo guardar el secreto, solo si se convierte en costumbre”.



Simplemente diferentes

No quiero palabras, prefiero momentos. No quiero horas, quiero minutos. No busco compromiso. No me gustan las comparaciones y las confianzas traseras. No necesito fechas. No me gustan los agobios. No me gusta echar de menos, pero lo hago. No me gusta el orgullo, pero me puede. No me gustan las borderias, pero vivo con ellas. No quiero preguntas, me confornmo con respuestas. No quiero etiquetas. No necesito nombres. Me basta con que tú lo sepas.

Dilo todo sin palabras

Quiero que me cantes una cancion, bajito y al oido. En un cuarto sin luz, sin orgullo, sin verguenza, sin pensar. Tan solo dejandote llevar. Quiero que me cantes una cancion de estas que no dicen lo bonito que es el amor, de estas que no hablan de romeos y julietas. Quiero canciones que no se cantan por cantar, de las que cuesta escribir y más aun mostrar. Alquien me dijo una vez que hay cosas que no se dicen pero que se sienten, asique sii el miedo te impide hablar, coge la guitarra y dame canciones.