domingo, 30 de septiembre de 2012

Me quedo en tu ombligo


Me lo he propuesto.
Quiero que todas tus noches sean Diciembre y mi piel tu única fuente de calor.
Quiero memorizar los pasos que hay de mi casa a tu cama y mudarme a tu espalda.
Quiero convertirte en mi paracaídas cada vez que decido arrojarme por la ventana para empezar de cero.
Quiero jubilarme ya en el arte de las despedidas y aficionarnos al juego de las reconciliaciones.
Quiero seguir emborrachándome de momentos Coca-cola.
Quiero sentir la resaca que conllevan mis excesos en tus sabanas.
Quiero tus viernes, tus sábados y tus domingos.
Quiero dejar las perfecciones a los Romeos y Julietas y disfrutar de cada uno de nuestros defectos. Quiero celebrar cada una de esas sonrisitas de idiotas que se nos quedan a media noche.
Quiero dejar los disimulos a otros y decirte que hace tiempo que convertí la emoción en mi forma de vida.
Quiero seguir compartiendo tu boca con esos cigarros que vieron nuestros inicios.
Quiero dejar ya el papel de cobarde y poder llenarme la boca con esas dos palabras que tanto me cuesta decir.  
Porque ahora mismo, pase lo que pase, me conformo con que me sigas pasando.

Me lo he propuesto.
Quiero seguir esperando en tu ombligo hasta que vuelva la lluvia.
Que no. Que no quiero paragüas.
Que quiero mojarme contigo hasta que todo me cale.


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