lunes, 18 de febrero de 2013

Servicio de habitaciones.


Aterricé sin despedidas
en un aeropuerto sin salida.
Me instale en un corazón 5 estrellas
sin ofertas a medida.

Te encontré en el mini bar,
entre el vodka y el agua mineral.
Sediento te preguntas,
borracho de respuestas.

Colgué el cartel de no molestar
y junto a él nuestra historia.

Érase una vez
la historia de una huida.
Un guión manchado de nostalgia de futuro
y de perspectiva del pasado.
Una trama que consistía en convencerse de que
la mejor distancia es la mayor.
Un final cobarde
donde mi manera de comprometerme
fue dándome a la fuga,
para acabar como siempre,
en la basura.

Pensándolo mejor,
por favor,
arreglen la habitación,
que aquí dentro cada vez hay mas polvo
y menos ilusión.


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